Es un tratamiento en el que se utiliza luz blanca para eliminar las manchas que existen en la piel. La técnica de luz pulsada intensa elimina las irregularidades de pigmentación de la piel que a menudo son causadas por la edad o por la exposición solar, también termina con las marcas de acné, la piel enrojecida, las manchas provocadas por vasos capilares rotos y reduce el tamaño de los poros abiertos. Las ondas de luz se dirigen a la hemoglobina o la melanina para actuar sobre la lesión sin dañar la piel.
Para eliminar las manchas se administran pulsos suaves de luz intensa blanca. La luz penetra por los tejidos donde el pigmento de las manchas solares y la sangre de los vasos transforman esta energía que se emite en calor. De esta forma las células encargadas de producir el pigmento se suprimen y se reduce el tamaño de los vasos. La reparación cutánea consigue además mejorar la luminosidad y el tono de la piel.
La luz pulsada emite diferentes longitudes de ondas de acuerdo a la tipología de mancha que se quiera tratar. Se trata por lo tanto de un tratamiento totalmente personalizado a las necesidades y características de cada persona.
Esta técnica está dirigida sobre todo a aquellas personas que vean su piel afectada por las manchas y que quieran revitalizar su piel. Con la luz pulsada blanca se eliminan las manchas del cuello, manos, tórax, escote, rostro y brazos.
Cada sesión tiene una duración de una media de 60 minutos y el número de aplicaciones dependerá de cada caso pero se suelen necesitar de 3 a 6 sesiones. Debe pasar al menos 15 dias entre cada una de las sesiones. Los resultados se aprecian desde la primera sesión de luz pulsada intensa pero para mantener el efecto se recomienda que se realicen revisiones anuales, tras el verano.
La persona que se someta a un tratamiento estético de luz pulsada intensa notará que las pigmentaciones quedan más oscuras durante las dos o tres primeras semanas para después desaparecer. Durante este tiempo se puede aplicar maquillaje sobre esta zona.